Los préstamos P2P, también llamados préstamos peer to peer o crowlending están cobrando cada vez más auge y se constituyen como una verdadera alternativa de inversión y financiación. Este modelo está absolutamente consolidado en Estados Unidos e Inglaterra, y en España se empezó a instalar a mediados de la década de 2.000, adquiriendo importancia con el avance de la crisis y el cierre del crédito por parte de bancos y cajas.
Estas plataformas financian tanto a empresas, especialmente PYMES (es el caso de Zencap), como a particulares (Comunitae, Lendico o Zank, entre otras). Se trata de una forma de inversión colectiva en la que personas a título individual o empresas aportan dinero que será prestado a otros usuarios a través de plataformas de financiación participativa. No dejan de ser préstamos entre particulares, pero con unas garantías mucho mayores que si contactáramos con un prestamista particular.
Préstamos P2P. Cómo invertir.
Hay que aclarar que como inversor, la inversión no está garantizada, puesto que se corre el riesgo de que el préstamo no sea devuelto, pero como la inversión mínima es de 50 euros por cada operación, se puede diversificar el riesgo sin asumir grandes pérdidas. La inversión máxima suele estar limitada a 5.000 euros.
No obstante, estas empresas realizan un estudio de riesgo de todas las solicitudes para intentar garantizar la solvencia, además suelen obligar a contratar un seguro de impago del préstamo en caso de fallecimiento, invalidez e incapacidad, y disponen de un departamento de recobros.
A todo inversor se le cobra o bien una comisión de administración o gestión, o bien una parte del tipo de interés de la operación en que participa, que suele ser un 1%. Así, si participamos en un crédito al 15%, recibiremos un 14% y el punto restante lo cobra la plataforma. Los ingresos recibidos están sujetos a retención a cuenta del Impuesto de la Renta de las Personas Físicas, que es un 20%.
Préstamos P2P. Cómo solicitar un préstamo.
De cara a los prestatarios, se puede pedir un préstamo por un importe mínimo que suele estar fijado en 600 euros. En cuanto al máximo, cada plataforma establece el suyo, al igual que el plazo de devolución. El tipo de interés oscila entre el 8 y el 13%, dependiendo del riesgo de la operación. Así, a cada solicitante se le asigna una calificación de riesgo, que determina el tipo de interés que se va a aplicar. Cuanto más alto es el riesgo, el prestatario tiene que pagar más interés y los inversores recibirán mayor rentabilidad por sus aportaciones.
No suelen tener comisión de cancelación total, la de apertura puede ir de un 2 a un 5% del principal del préstamo con un mínimo de 100 euros.
Si necesitas un préstamo, debes ponerte en contacto con la empresa, explicar para qué necesitas el dinero y aportar la documentación correspondiente. Debes aportar la misma documentación que te solicitaría un banco, es decir, tres últimas nóminas, declaración de la renta, recibos de préstamos, etc. También deberás aportar la CIRBE, que tendrás que pedir en Banco de España, bien presencialmente, bien por correo o por internet con certificado digital o DNI electrónico. La empresa estudia la documentación, consulta ASNEF y si aprueba la solicitud la publica en la web para que los inversores vayan aportando dinero hasta cubrir el importe del préstamo. Salvo muy raras excepciones no conceden préstamos con ASNEF o cualquier otra anotación en registros de morosos.